Sueños cumplidos (y por cumplir)

Forbes 68 / Noviembre 2019

Una vez retirado de la alta competición, el expiloto de Fórmula 1 Nico Rosberg afronta otros retos alrededor del mundo. Nuevas aventuras profesionales en las que le acompaña la firma BOSS.

Hijo de la leyenda de la F1 Keijo Erik Ros­berg, Nico tuvo que pisar durante dos décadas el acelerador a fondo para dejar atrás la sombra de su padre y hacerse un hueco por derecho propio en el olimpo del motor. Lo logró hace tres años al vencer en el Campeonato del Mundo para, acto seguido, retirarse de los circuitos en pos de una vida más tranquila y libre. Ahora su tiempo lo invierte en otros menesteres, tales como la heladería Vivi’s Creamery de Ibiza (su segunda casa, ejercer de comentarista de carreras, apostar por la movilidad eléctrica -es accionista de la Fórmula Ey de compañías como Charge Point o Lilium Aviation- o poner su cotizada imagen al servicio de firmas como la también alemana BOSS. Y es que Rosberg quizá ahora transite por la vida más despacio, pero lo hace con el mismo estilo y éxito que demostró aquel 27 de noviembre de 2016 en el circuito de Abu Dhabi cuando entró a for­mar parte de la historia del automovilismo.

¿Qué es más difícil para usted: pilotar un co­che de carreras o ponerse ante un micrófo­no para comentar un Gran Premio?

Conducir un automóvil a esa velocidad es lo más difícil del mundo. Estar, por ejemplo, en Mónaco y hacer una vuelta de clasificación es algo muy duro …

¿Cuál es la diferencia entre correr en un cir­cuito ‘normal’ y en uno urbano?

Son mucho más complicados los circuitos callejeros, porque son más estrechos, llenos de curvas complicadas y si cometes el más mínimo error acabas contra el muro…

¿Echa de menos la competición?

Realmente no lo sé… Puede que sí, porque me encanta la adrenalina; es algo que necesito. Pero creo que ahora he encontrado esa sensación en mi vida cotidiana en los nego­cios. Así que todo está bien.

Pasa largas temporadas en Ibiza, ¿por qué eligió la isla?

Porque toda mi vida he veraneado allí con mis padres y allí conocí a mi esposa. Es un lugar muy emocionante para mí y hace ocho años nos compramos una casa. Me encanta la isla en verano, pero también en invierno.

Para la mayoría de las personas es muy di­ficil brillar en su trabajo cuando su padre ha brillado antes… ¿Ha tenido esa sensación?

Sí, porque hay mucha más presión. La gen­te te compara con él constantemente. Y la única forma de ser tan bueno como él es si te conviertes en el mejor del mundo … ¿Pero cuántas posibilidades hay de que eso ocurra?

¿Cuándo se dio cuenta de que quería ser pi­loto de Fórmula 1?


Cuando iba a ver correr a mi padre ya me gustaba mucho todo esto. Ahí fue donde co­menzó a nacer mi sueño. Aunque la verdad es que no pensaba que se convertiría en rea­lidad. Parecía siempre tan lejos … Michael Schumacher era un dios para mí, y jamás pensé que algún día pudiera lograr hacer lo mismo que él. Pero al final lo conseguí.

¿Qué consejos le dio su padre?

Me ha dado demasiados … No podría escu­char ni uno más [risas]. Por ejemplo, una de las cosas que me decía era que cuando te separes de alguien, debes separarte bien, porque seguro que te vas a volver a encontrar con esa persona alguna otra vez en la vida.

Ahora que ya no compite, ¿cómo organiza el tiempo libre?

Es complicado, porque antes tenía un equipo que se encargaba de todo y ahora lo tengo que hacer yo… Es algo que he tenido que aprender: Y hago muchas cosas, como el po­dcast Beyond Victory, que me encanta, o mi papel de embajador de firmas como BOSS.

¿Y cuál es su prenda favorita de la marca?

Sin duda, mi traje de BOSS Made to Measure.

Y en lo que se refiere a la moda en general, ¿tiene alguna debilidad?

Los zapatos. De ningún estilo en particular, me gustan todo tipo de modelos.

Es accionista de la Fórmula E, en la que compiten monoplazas eléctricos, ¿no echa de menos el sonido del motor?

Sí, claro que falta un poco ese sonido, porque es parte de la emoción … Pero tenemos que acostumbrarnos.

¿Cuál es el futuro de la Fórmula E?

Tiene un futuro muy prometedor, porque va a seguir creciendo como ha sucedido en los años anteriores. Escuderías como Mercedes, Audi, Porsche o BMW ya participan y las ca­rreras se celebran en sitios espectaculares. Aunque aún es una competición muy joven …

¿Cree que Ferrari llegará a la Fórmula E al­gún día y eso le dará un empujón?

Puede ser. Ferrari siempre será Ferrari … pero a la Fórmula E le va muy bien así, la ver­dad es que no necesita a la escudería italiana.

¿Cree que algún día la Fórmula E estará al nivel de la Fórmula 1 en lo que a patrocinios y publicidad se refiere?

No… La Fórmula 1 siempre será la reina del automovilismo. Es algo tan grande, con tanta historia detrás, que no se puede comparar: Los mejores pilotos siempre van a estar ahí.

¿Y es posible que los nuevos pilotos primero empiecen en la Fórmula E y luego lleguen a la Fórmula 1?

Puede ser… Aunque por el momento no se está produciendo esa evolución, sino que a la Fórmula E vienen pilotos que antes han es­tado en la Fórmula 1. Pero puede que algún día… ¿por qué no? Sería bonito también.


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