Dinero (negro)

Forbes 3 / Mayo 2013

Sacarle los colores al dinero parece fácil. Más que fácil en estos tiempos duros. El dinero escasea (al menos en esta Iberia que abraza con cariño en sus quioscos el ‘Forbes’ en castellano), y el negro se presenta, una vez más, como el color de moda. Pero ojo, que si usamos el negro para adjetivar el dinero, nos podemos manchar de chapapote fiscal.

Sin ánimo de bromear contra uno de los males endémicos de la economía patria, lo cierto es que el negro es tan sólo un color, mejor dicho, la inquietante ausencia de color. Y no menos cierto es que si no tienes pasta, no hay color.

El negro siempre estuvo ahí. Desde que bromeara con él Al Jolson en ‘El cantor de jazz’. E1 del periodista fantasma que escribe para otro, o para su editorial. El negro que nos hizo temer a los locos del Klan, el que sentenció al gato entre los suspersticiosos, el negro que encumbró a Miuccia Prada (625, 7 millones de euros de beneficio neto en 2012) o el homenaje siciliano al luto de Dolce & Gabbana. El negro de ‘Forbes Afrique’. Sin el tráfico de negros para las plantaciones de algodón, Nueva Orleans o Cuba estarían mudas. Y desde luego el blues y el rock’n’roll no hubieran conquistado las ondas hertzianas.

A mí me gusta mucho el negro. El blanco y negro en las portadas de las revistas, en el formato novela, en su semana grande de Gijón, el negro del vinilo que a 33 revoluciones por minuto ahora vuelve a venderse. Permítanme que lo repita: vuelve-a-venderse.

Y me gusta también el negro de la economía. El que habla del petróleo y de nuestra alarmante dependencia política de él como materia prima. Y aún más, el negro de la historia (oscura) de la economía. Los robos legendarios. Aún guardo un billete fotocopiado con su cara que El Dioni lanzaba en sus conciertos entre ‘coreografía y coreografía’ de las estarletes de pueblo. El negro del timo de la estampita de ‘Tony Leblanc. El de ‘El Golpe’ y las apuestas ilegales. El de los fraudes y los atracos de película. El negro de la obsolescencia programada. El del robo al tren de Glasgow (Pág. 120).

Basta de juegos. El dinero es y será verde. Verde dólar. Verde Paul Newman y Martin Scorsese, blandiendo la leyenda del taco Balabushka. Aún recuerdo de chaval que una buena manera de no gastar era no llevar dinero suelto. ¿Dinero suelto? Creo que éste es el comienzo de la carta de otro mes.


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