En el mejor momento de la historia

Nunca en la historia hubo un momento mejor para dedicarse a editar y dirigir revistas. “¡Cómo!, el que firma abajo, apurado por las prisas de la entrega, ¿está borracho?”, se preguntan los colegas que tengan la paciencia de leerme. Es cierto que tecleo con un Rioja Alta 890 cerca y que la euforia de sus taninos embriaga la yema de mis dedos sobre el teclado, pero suscribo la frase con un nuevo trago.

Aprovecho para desarrollar mi optimismo, y le recuerdo al lector que escribo sobre una puesta en práctica de casi veinte años en los que arriesgo mi dinero, y SPAINMEDIA avanza viento en popa como un referente en la edición internacional. Nunca antes las revistas fueron percibidas como marcas globales, plenipotenciarias. Somos marcas porque somos revistas. Con la irrupción de las redes, especialmente Instagram y Linkedin, muchos ciudadanos invierten talento y dinero en construir su propia marca personal: algunos para mejorar su perfil profesional, otros por vanidad; los más, simplemente por los 15 minutos de fama que vaticinó Andy Warhol. Nuestras capacidades para desarrollar la marca que editamos en todos los canales son infinitamente mejores que cuando editamos sólo para una red de quioscos y esperábamos la encuesta de las primeras ventas.

Llegamos cada vez a más gente, otra cosa es que no sepamos aún como monetizarlo, ni tampoco distinguir en qué canales hay que invertir para hacer marcas y en qué otros hay que invertir para recoger beneficios. Llegamos a audiencias que no nos correspondían en la era preinternet, y esta multitud de gentes es tan valiosa… Tapas es un referente para personas de todo el mundo, no solo para los más foodies, y lo mismo pasa con Forbes y Highxtar

En cualquier revolución, y la digital lo es, la inquietud de los que ya conocían el régimen anterior es normal. Es ésta una revolución no violenta, que no es poco. Es desde luego, como todas las revoluciones, un movimiento que pondrá patas arriba algunas de las certezas que nos sirvieron durante siglos. Nada más y nada menos. Como particularidad, esta revolución digital cuenta con un cambio constante relacionado con las innovaciones tecnológicas que cada día nos fascinan. Esta revolución digital y nuestras oportunidades como editores será, y ya es, non stop

Pero habrá muchas cosas que no cambiará, como la llegada de la televisión no le arrebató a la radio la cercanía de la voz humana mientras el receptor imagina lo que escucha. Guttemberg frente a Zuckemberg. La prescripción de lo impreso no ha sido batida, me atrevo a decir que ni siquiera rozada, por las audiencias planetarias de Zuckemberg. ¿A quién se le ocurre invitar a su boda a alguien solo con un whatsapp? Ejemplos los hay a miles.

Las revistas tenemos un lenguaje propio y una capacidad de construcción de comunidades propia, inherente, que nadie más tiene. Basta con sacarle punta, adaptarse, juguetear con las virtudes de cada uno de los nuevos canales, con sus ventajas, para que nuestro negocio prospere como lo ha hecho siempre

Ser testigo y jugador de esta revolución digital que pone a mi servicio multitud de nuevos canales y audiencias me parece fascinante. Siento que mi oficio, en el periodismo –llevo 40 años continuados de profesión, de los cuales casi rozo los 20 como editor – está más vivo que nunca. Os animo a todos a que brindemos por la edición, el periodismo y la comunicación, y que contagiemos nuestra ilusión a las generaciones venideras con una copa de buen vino y una cuenta de resultados saneada.

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