Tapas 23 / Mayo 2017
Corre a la cocina que se está quemando algo. ¿El qué? El sentido común. No sé si te habrás dado cuenta de la cantidad de alimentos que despreciamos -que tiramos- porque no cumplen los estándares estéticos del sistema de distribución y consumo.
Cerca de un tercio de la comida que se produce en el mundo se desprecia. Repito. Se desprecia. ¿No te parece sospechoso que las manzanas brillen tanto, que tengan todas, todas, el mismo calibre? ¿Prefieres unos tomates preciosos o unos que sepan a tomate? ¿Prefieres al marido más guapo del mundo o al más interesante? Ya, ya sé la respuesta. Lo quieres todo.
Algo no está funcionando en nuestro intento de tener todos los productos al alcance de la mano. No hablo ya de que no es muy normal que haya productos de temporada fuera de temporada. Intento llamar tu atención sobre los «alimentos feos». Busca, busca en internet y veras que las zanahorias no son siempre como las que se come Bugs Bunny. Necesitamos cambiar este desastre económico. Propongo vender más baratas las más feas. Cuando nos demos cuenta que las feas están a menudo, no diré yo siempre, más sabrosas, puede que el sistema se piense muchas cosas. Como reza el dicho castellano: «La suerte de la fea, la guapa la desea».
