Forbes 75 / Julio-Agosto 2020
No es fácil dejarme satisfecho. Tengo buen ojo (es un decir, cada día veo menos). Me refiero a buen ojo gráfico, ese que se entrena vagando por El Prado, dejándose las cervicales porteando revistas y libros de aeropuerto en aeropuerto, de mudanza en mudanza. Presumo de que somos uno de los mejores portadistas del quiosco, así que la cuchara con la que tomamos el gazpacho en esta herrería de contenidos es de palo.
Me llevaba bien con Fernando y le pedí el logotipo de Spainmedia. Creo que ni me cobró por él. Espero que no lea estas líneas. Me envió una pastilla negra con las dos palabras juntas y unos puntitos que a mí me recordaban al Lumirama, aquel juego de chiquillo con el que tanto soñé. Al principio, perdona Fernando, me pareció que te estabas quitando de en medio el curro. ¡Qué idiota!
No tenía ninguna necesidad de cambiar el logotipo. Ni un solo día ha dejado de representarnos. Pero un día, aún con Fer Vallespín a mi lado (antes de que se fuese a trabajar para los Newhouse) le pedí una propuesta. Aún no sabía que nuestra casa en Doctor Fourquet, entre la sombra del Reina Sofía y el olor a los currys de Lavapiés (a más de una redactora, muy fashion ella, un tironero se le ha llevado el celular a la carrera), no sería nuestro hogar en el 2020. Del 2020 nadie sabíamos nada ¿verdad?
Decidí que la editorial necesitaba pisar madera noble, que mis voces debían escucharse en la redacción, y que todos compartiríamos sudor y ojeras en la misma planta. Y fue entonces cuando pensé que con la mudanza tendríamos nueva imagen. Nos hemos mudado a Almagro, “la calle de la pasta”, “la calle de los fondos”, “la calle del capital”, “la calle del Santo Mauro”, “la calle de Forbes”.
Escribo esto desde la cuarta planta de una casa señorial con cuatro chimeneas –aún no las hemos encendido, pero ya llegará–, y huelo el jardín del Hotel Santo Mauro, uno de mis rincones favoritos de Madrid. Esta oficina, esta redacción, ya tomada por nuestro espíritu periodístico, es tu casa. Ven a vernos, en persona o con el celular.
Luis Rodríguez le ha dado unos brochazos a la propuesta de Vallespín y la ha metido en cintura, y yo he metido mano porque si no meto mano se me baja la autoestima. Entre todos, con su talento, tenemos logo nuevo con una “M” que parece el logo de Batman proyectado sobre Gotham.
¿Y ahora qué? Ahora zafarrancho y a vender. A contar que esta editorial, esta editora de contenidos tiene el mejor talento de la ciudad, que Europa nos mira, que en Forbes NY dicen que hacemos “la edición más funk”, que TAPAS es el referente mundial de estilo de vida y gastronomía y que si existiese un termómetro que midiese la ilusión el mercurio saldría disparado porque la ilusión de cambiar las cosas no sobra y rejuvenece más que los polifenoles del vino.