Forbes 56 / Septiembre 2018
Si compartir es vivir (nadie lo duda), dar es amar. Dar es una de las palabras con más significados que existen. Pero esta carta no es una homilía es un editorial. Dar es rejuvenecer, es celebrar, es convidar, es liberarse, es perder peso, es sonreir (por dentro). Dar es una de las palabras de tres letras más bonitas del castellano. En inglés dar se escribe ‘give’ pero ya tiene cuatro letras. Hasta aquí todo bien.
El problema es que somos ‘pietiernos’ en el complicado arte del dar. El dinero está intimamente ligado a nuestra cultura religiosa y en España (así como en otros países latinos) la filantropía y la caridad a menudo se solapan y hasta se confunden.
La RAE lo deja claro: “El término filantropía designa, en general, el amor por la especie humana y a todo lo que a la humanidad respecta, expresada en la ayuda desinteresada a los demás… La filantropía comúnmente se superpone con la caridad, aunque no toda caridad es filantropía, o viceversa”.
Este número y su premio –Forbes Estados Unidos cubre el tema de la filantropía desde hace años– son un compromiso con la divulgación de todo lo que, en ese ámbito, se hace en España. Buscando además, alentarla, animar a que crezca, a que mejore, a que se sepa comunicar –comunicar la filantropía es una de las tareas más complejas del sector– y que la sociedad sepa entenderla en su total dimensión. Y también es una llamada de atención para que aprendamos a recibir, a entender los motivos del que da, y ser humildes y respetuosos.
Como decía, esta carta no es una homilía es un editorial que agradece a los filántropos españoles todo lo que hacen y les pide que hagan más. Y que lo cuenten orgullosos a lo demás. Y que cunda el ejemplo.