El equilibrio del creativo

Forbes 53 / Mayo 2018

Frente a la Pietà inacabada de Miguel Ángel en el Castello Sforzesco varias decenas de adolescentes intentan mantener la atención, pero a duras penas lo consiguen. La Pietá Rondanini fue el último suspiro creativo de Buonarroti. El último golpe de cincel sobre la estatua lo dio Miguel Ángel seis días antes de su muerte. Para esos chicos la creatividad reside en ser ocurrentes en el WhatsApp para que la chica que les gusta, finalmente, les de una cita. Para mí que la próxima portada no se repita, que detenga la mirada del paseante de aeropuerto y que la cuenta de resultados deje números negros en un mundo de comunicación vertiginosa. Igual que existe la ingeniería financiera, les aseguro que existe la creatividad financiera.

La creatividad no se aprende, se frota, se palpa. Se escucha o se comparte, pero no se enseña… Me disculpen las escuelas que lo intentan. Se enseñan las técnicas que utilizan los creativos, pero hay tantas, como personalidades. Para mi la creatividad es buscar, con pocos medios, soluciones imaginativas a problemas cotidianos. A menudo me encuentro con profesionales que justifican la falta de ideas con la ausencia de los medios adecuados para emprenderlas. Seré un poco más duro… “No se qué hacer, porque no tengo medios”. Atentos a la primera parte de la frase: “No se qué hacer”.

Conozco también muchos casos de exceso de medios que camuflan cualquier falta de ideas propias y originales, de creatividad. Los medios son como la semántica, nos recuerdan solo la herramienta para hacer algo. El qué hacer es ya decisión de tus meninges. Las mejores revistas del mundo se hicieron sin medios. La mitología de Silicon Valley ha elevado las empresas creadas en un garage a la categoría de leyendas.

Nunca olvidaré la redacción vacía del diario El Sol, el intento de Germán Sánchez Ruipérez de recuperar la legendaria cabecera de Ortega y Gasset, llena de ordenadores Mcintosh –aún sin redactor alguno– cuando El País apenas estaba informatizado. En dos años tuvimos cinco directores, miles de crisis, y el diario cerró tras pérdidas millonarias.

La creatividad es pararse a intentarlo de otra manera. Es un desequilibrio. Un creativo es un ser desequilibrado que cuando se le ocurre una idea consigue así frenar su ansiedad. Un creativo es un ansioso, no es un tipo calmado. Vive en el ansia de encontrar un camino diferente cada vez. El sueño de esculpir una Pietà erguida, el sueño de acabarla antes de que la Parca le corte los sueños y devuelva su creatividad a la madre tierra, de donde vino y a donde volveremos los creativos y los que no.


Todavía puedes hacerte con tu ejemplar de Forbes 53

Artículos relacionados

© 2024 Andrés Rodríguez. Todos los derechos reservados. -