Forbes 47 / Octubre 2017
Una revista solo sobrevive cien años si tiene una misión clara. Una revista solo puede licenciarse, en este caso, a 38 países si culturas bien distintas saben hacerla suya. Si la revista de la que hablamos, tiene tu apellido, la cosa son palabras mayores. Se lo pregunto a Steve Forbes, dos veces candidato a la presidencia de Estados Unidos, 70 años, editor y director de la edición americana (la masa madre) que celebró hace unas semanas cien castañas.
Y allá que fui yo. A vivir un momento único que contarle a mis nietos si el alzhéimer me respeta. Les contaré lo que ví: al presidente de Disney y al exmarido de Cicciolina compartiendo canapés, escenario y respeto por las seis letras que forman la palabra Forbes, además de todo lo que me invente –como hacen los abuelos–. Les contaré que hicimos de Forbes la revista más importante del quiosco español (con todos los respetos para el Hola), la más influyente, por su carácter horizontal que, desde la economía, todo lo cubre y todo lo retrata.
Vi a Warren Buffet rechazar a los cazadores de autógrafos para que no vendieran el suyo en eBay (que por cierto celebra quince años estos días en España) y a mi socio sonreír como un chiquillo al suponer que los cien mil millones de dólares que posee el ‘Oráculo de Omaha’ podrían acabar invertidos en Spainmedia si la vida fuese una tómbola.