Tapas 72 / Marzo 2022
Hace años que me cuido. Como menos y bebo mejor. Respiro profundo, escucho mi respiración y estiro a menudo. Escucho a John Coltrane, pero también me esfuerzo por desmadejar los textos laberínticos de Silvio Rodríguez. Cuando no como, escucho: música, conversaciones o a los taxistas y su crónica urbana. Me pierdo en la librería Visor cuando veo que se me desajusta el ralentí. Y si me desvelo, leo.
Estoy a dieta de las pérdidas de tiempo y de la gente que me resta energía. Guardo silencio si no sé de algo y he decidido no interrumpir si creo que sé más que mi interlocutor. Cuando entra un libro en casa, sale otro. Regalo flores. Descorcho vino y brindo por la vida, te sirvo el plato y recojo la mesa. Edito revistas como si fueran fanzines, como si la tinta y el papel se fuese a acabar un día. Dirijo revistas pero sé que no son mías, sólo soy el director de la orquesta.
Si me cruzo a alguien con talento le doy una oportunidad y no me olvido de quienes me la dieron a mí. No me entretengo en rencores. Escribo a mano, uso los folios por las dos caras y cocino los fines de semana, aunque sea para mí sólo. Padezco de envidia, pero de los marinos solitarios.
Le hablo a la gente de usted y le doy los buenos días a los vigilantes de seguridad del aeropuerto, no me gusta hacer invisibles a las personas. Doy siempre las gracias a los camareros y si no me ha gustado el plato suelo excusarme con una mentirijilla.
Cada día pienso cuántos años me quedarán y cuántas cartas como ésta escribiré. Si me despisto me ayuda recordar a Carl Sagan: “Somos polvo de estrellas”.
‘Jardín’ me parece una de las palabras más bonitas de seis letras. Aún miro las cosas como si las viera por primera vez, o al menos eso intento. Me gustan los guisantes lágrima y no me importa dejar caer una en el plato si me emocionan.
Siempre tengo ganas de emprender. Soñar proyectos me mantiene joven. Tener las gafas limpias me ayuda a enfocar. A menudo uso bromas para decir cosas fuertes. No siempre digo lo que pienso, si pienso que decirlo te hará daño. Huyo del conflicto si estropea el diálogo.
No como comida basura. Me gusta tirar la basura, es como cerrar lo que queda de día –mi padre también lo hacía mientras se encendía un cigarrillo–. No fumo. Estoy a dieta.
Me estoy quitando de desayunar con el móvil, de comer con el móvil y de cenar con el móvil. No quiero que me inmovilice.