No me digas que no, que tú, como yo, hemos usado un bolígrafo Bic para rebobinar las cintas de casettes. ¿Te acuerdas, verdad? Pues ve buscando el boli (da igual que sea Bic Naranja, que escribe fino, o Bic Cristal, que escribe normal), porque sin que te des cuenta estás a punto de preguntarte no solo por qué tiraste aquella cinta del Breakfast in América de Supertramp, sino que ya barruntas que como la encuentres la compras para regalarla en el próximo cumpleaños.
¿Que por qué lo sé? Porque en Londres, la tienda Rough Trade, en el mercado de Brick Lane (donde se pueden probar los mejores currys de la ciudad), ya vende lanzamientos exclusivos en casettes. No maquetas. No grabaciones caseras de grupos a los que nadie quiere grabar aún un CD. No. Lanzamientos que o los compras en cinta de casette o no los escuchas.
Esta semana en Nueva York he comprobado atónito el regreso de la cinta de casette, aquella cinta magnética, de grabación analógica, que se leía con un cabezal electrómagnético (que había que limpiar con un bastoncillo de los oídos y un poco de alcohol) y que lanzó la holandesa Phillips en 1963.
Atención coleccionistas: la cinta de casette más cara de la red es la edición francesa de Emotional Rescue de los Rolling Stones porque la que piden la friolera de 300 euros (envío aparte). Y aquí no queda la cosa, un Walkman Sony (WM-DD9) con funda original incluida está en 1200 euros. Señales de que algo está pasando.
La pista definitiva me la dio Urban Outfitters, la cadena de distribución de ropa y complementos con base en Filadelfia que opera además de en Estados Unidos, en Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, Países Bajos, Suecia y el Reino Unido. Los jefes de compra de Urban Outfitters saben lo que va a venir. Me gustaría subrayarlo. No pueden arriesgarse a vender lo que no se va a poner de moda. Lo demostraron con el vinilo. Comenzaron destinando los primeros metros cuadrados, pocos al principio, a mano izquierda en los arcos de seguridad de todos sus locales para los nuevos prensajes de 180 gramos.
Según las leyes del retail el lugar es de los peores porque todo el mundo entra corriendo a la tienda en busca de la ganga de turno y apenas se detienen en los primeros metros, y mucho menos si no están frente a la puerta de entrada. A pesar de todo la decisión de la multinacional de la distribución de dedicar espacio al regreso de los 33 revoluciones era más una señal de posicionamiento que de rentabilidad. Pero ahora el vinilo les deja pasta. Mucha pasta.
Muy pronto se dieron cuenta de que comprar un LP significaba ser alguien diferente. Todos tenemos Nevermind de Nirvana, pero no en vinilo. Quedaba estupendo para un regalo, pero la mayoría de los cumpleañeros no tenían donde escucharlo. Y ahí apareció Crosby, la empresa de giradiscos retro y portátiles que se está comiendo el mercado. Y ahí sí Urban Outfitters, que también es dueño de las tiendas Anthropologie, comenzó a darle más y más metros a los giradiscos y a los vinilos, incluyendo también álbumes de segunda mano para amantes de lo ultra vintage.
Hasta aquí todo en orden. Tres años ha tardado el fenómeno en consolidarse y ahora disfrutamos de excelentes reediciones en vinilo. Todo bien hasta que esta semana entré a husmear en la flagship del 628 de Broadway, en el Soho de Nueva York, y me di de bruces con que al lado de los cada vez más grandes stands para vinilos han llegado las casettes y sus reproductores.
En su web van a por todas. Por 38 dólares más impuestos te hacen llegar a casa un reproductor y grabador Jensen con el que podrás celebrar el Casette Store Day (el día de las tiendas que venden casettes) que los últimos años se ha convocado el 17 de Octubre, así que te da tiempo.
Lanzamientos como el último álbum de Lana del Rey o Justin Bieber ya se venden en cinta. Y lo que es aún más significativo han comenzado con las reediciones. En su tienda online ya puedes hacerte con la banda sonora de Regreso al Futuro o la de StarWars. Eso sí, te advierten que estas reediciones son exclusivas y que no las encontrarás por ahí. ¿Cuándo tardará la Fnac en entrar al trapo?
Y ya te puedes imaginar el resto. Maxell, el fabricante de cintas vírgenes, ya comercializa el exitoso formato de 90 minutos a un precio de 2 dólares. Ya hay walkmans nuevos (eso sí, no bajo marca Sony, que no tardará en comercializar de nuevo el invento lanzado en 1979) a la venta. Y el siguiente paso será que tener un reproductor de casette en el salón sea el siguiente ‘must’ para tu apartamento de soltero. A los amantes de la alta fidelidad con familia numerosa no los contemplo como primer target, la verdad.
Saca boli y papel porque estás a un paso de volver a grabarle a esa chica/chico al que quieres conquistar una cinta de casette con los títulos escritos a mano, a golpe de ‘rec’ y pausa. ¿Te acuerdas? Seguro que más de uno conserva la que le grabaste, hace no tanto, en su caja de galletas.