Dan Winters es grande. Muy grande. A mi me saca una cabeza (con el Stetson, eso si). También es por las botas Red Wings rojas que calzan bastante. El apellido Winters -los “Winters”- estuvieron esta semana en Madrid para enseñar su trabajo por primera vez. No fue fácil. Esta la intrahistoria de lo que no podrás ver si te acercas a ver su exposición en la Spainmedia Gallery (calle Hospital 10).
Escribi a Dan Winters por primera vez hace ocho años. No teníamos una galería de fotografía entonces, tan solo una editorial tambaleante imaginada sobre las copas vacías del Toni2 en la calle Almirante. Escribí a Dan, pero me contestó Kathryn, su mujer y cortafuegos.
Buscaba entonces redefinir el retrato de celebrities (hombres famosos, por lo general actores) para Esquire, la revista por la que me jugué los cuartos y las dioptrías cuando Hearst había tirado la toalla porque no encontraba a nadie que creyera en ella. Todas las revistas publicaban retratos de famosos en la portada. Aún lo hacen. Aún lo hacemos. No es una estrategia agotada, la pregunta es: ¿son todos los retratos de celebrities iguales? La respuesta es no.
La manera de retratar de Winters tiene algo de la poesía de la escuela holandesa de pintura, de los Caravaggio… Pero Dan no es de Rotterdam, ni italiano… es de Texas. Como Bush. Vive en Austin pero tiene un apartamento en Los Ángeles.
Kathryn empezó a venderme los retratos de su chico y yo a hacer portadas. TIME, esta semana con nuevo dueño a bordo, el multimillonario de Salesforce, lo eligió para varias portadas y Kathryn tiró de agenda, su pasado como productora de cine en Hollywood la sirvió para que la fabrica de sueños adoptase el lenguaje de Dan en las fotos de promoción de las grandes producciones.
Martin Schoeller, el ex ayudante alemán de Annie Leibovitz, me abrió las puertas de Kathy Ryan, la “supereditora de fotografía” del dominical del New York Times durante 28 años. Expuse el trabajo de Kathy el año pasado en Spainmedia, Office Romance (editado por Aperture), las fotografías que cada día hacia del edificio del diario creado por Renzo Piano. Y Kathy, que, como no, le da trabajo a Winters, convencio a Dan para exponer su “Earthly Giants” así se titula la expo- en Madrid esta semana.
El día antes Dan, con su camara Fuji al cuello -“¿Te puedo hacer una foto?”-y Kathryn llegaron al Club Matador con Dylan, su hijo. Llevaban viajando por Europa varios dias. “He ido a ver la Bauhaus y unas carreras de motos en circuito en Alemania… pero conozco España. Tengo aqui un amigo diputado” ¿Diputado? , pregunto pensando que estara traducciendo mal (redactor jefe en inglés es Deputy editor). “Si, Carlos Rubio, diputado por Granada por el PP (en ingles dijo “Pipi” y yo pense que queria ir al baño).
Rubio y Kathryn, soltera entonces, se conocieron esquiando en Sierra Nevada. “La conocí en las pistas, iba sola”, recuerda Rubio, ex alcalde de Motril, que el jueves les enseñó el congreso y el senado.
El anecdotario es amplio. Winters flipó con la libreria del Senado, llevé a su hijo Dan se compró una americana en Scalpers para el estreno, e inauguramos la noche del jueves su primera expo en España, a la sombra del Reina Sofía, en la calle Hospital, en las antiguas caballerizas de suministros de lo que fue el Hospital de Madrid, a pocos metros del Colegio de Médicos que primero fue salón de autopsias para los estudiantes y luego foro del Festival Flamenco de Juan Luis Cano (Gomaespuma), que no encuentra patrocinador para continuar. Queridos lectores, patrocinen el Flamenco en Madrid que los muertos no llevan el compás. Y vengan a ver la expo de Dan Winters que es uno de los grandes.