Person of the year

Este que escribe presume de ser el socio nº 10 (a lo Maradona) del Club Matador, en una de las calles más pi­jas de este Madrid al que le cantaba Rosendo Mercado. Mesa corrida. 40 invitados. Puntualizo: 39 convidados y una premiada. 74 castañas, reposte­ ra doméstica, agnóstica según Wiki­pedia y comprometida con la izquier­da -desde su militancia en el Partido Comunista-, Manuela Carmena es la primera mujer en ocupar la portada de esta revista fundada desde el ‘No me rindo’ para dar visibilidad a los sueños de los hombres y de las mu­jeres que nos rodean.

Manuela Carmena es nuestra pri­mera Person of the year, título que en esta revista lunática, que apenas tiene un año de vida, pretendemos convertir en referente. «Vas a cabrear a mucha gente» es la frase que más oigo por los pasillos de la redacción. La segunda reza: «¡Hostias, cómo mola! Qué huevos tienes».

¿Por qué todo está polarizado? ¿Nos estamos quedando sin grises? Cada vez son menos los que corrie­ ron delante de ellos. A mí me es­condieron mis padres en un portal, durante un domingo invernal, en El Rastro. ¿Por qué es tan escurridiza la materia gris? ¿En qué momento po­ litizamos tanto los medios de comu­nicación que parece que cualquier postura compromete a la editorial y escora el barco hasta poner en jue­ go su flotabilidad? Me sorprende la ausencia de revistas políticas en el quiosco. ¿Alguien recuerda la gran aportación de Tiempo -Pepe Oneto me contó en la presentación de Man on the Moon en Madrid que cada se­ mana le enseñaba dos o tres posibles portadas al quiosquero y la que este elegía era la que él daba- o de Época, Tribuna o Interviú?

Man on the Moon es una revista política y también de estilo de vida. ¿Es eso posible? ¿Por qué? Porque la imaginé como una publicación para hombres con sueños, y los sueños son políticos: del «/ have a dream» al «You have a dream» (nuestro eslo­ gan), porque me interesa mucho la política y percibo que sólo hablamos de la basura que la rodea, pero la ba­sura convive con todos nosotros. La política es honorable, la necesitamos para convivir. Manuela Carmena es una política distinta, libre, ajena a los condicionamientos tradicionales del establishment. Y por eso inquieta, porque no está bajo control; y por eso nos gusta.

Querida Manuela: gracias por pensar que se puede gestionar la ciu­dad de otra manera, por cambiar su imagen gráfica, por no haberte ido a hacer calceta y por meternos en un brete con la firmeza y el cariño con el que te enfrentas a las cosas. Sabes bien que en Madrid nos gustan los alcaldes alternativos. Que Madrid no es de nadie. Que a Madrid hay que ganársela cada día, como a una amante exigente. De chaval fui uno de los que escuchó a Tierno Gal­ván, en una fiesta de Radio 3 en un humeante Pabellón del Real Madrid, aquello de «a colocarse y al loro». En­tonces me sonó impostado y no supe ver que sería su frase más recordada, porque todos estaban ya colocados y al profesor le habían metido allí para hacerse la foto, pero hizo historia.

A mí Manuela Carmena me recuerda a Manuela Malasaña y a su calle libertaria que acaba en la Plaza del Dos Mayo y se cruza con la calle de San Andrés. También al nombre de mi hija, que sueña, y ya sufre, así que la cosa va bien con ser periodista en una ciudad mejor que tendremos que hacer entre todos.




Carta publicada en Man on the moon por Andrés Rodríguez

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