Todo lo que me gusta es ilegal o engorda. Recuerdo, santa aberración, que me gustaba volver al colegio. Volver. Como el tango. Así que me gustan los negros. Los que cantan por un puñado de dólares en la puerta del Met de Nueva York. Me gustan los gitanos que llevan la India dentro en las calles de Lavapiés. Los cocineros de Bangladesh que no saben ni una palabra de español.
Me gustan los chinos que venden bocatas sobre una caja de cartón mientras se burlan de quienes los compran. Me gustan los que tienen el síndrome de Peter Pan. Los que buscan muebles usados en las esquinas de los contenedores y se ilusionan con la captura. Me gustan los que guardan revistas. Los que estuvieron a punto de comprarse un saxofón sin saber ni siquiera hinchar un globo. Me gusta la gente a la que le brillan los ojos.
Me gustan los que llevan en el bolsillo una harmónica Hohner. Me gusta Charlie Musselwhite. Me gustan también los que llevan una navaja. Pero corta, la que no llega al corazón. Me gustan los barrios lúgubres. El chino de Barcelona y el McDonald’s de la calle Montera. Me gusta el Rastro. Me gusta encontrar las revistas que edité a saldo en el Rastro. Me gustan sus caracoles en domingo. Me gusta su boca de Metro. Me gusta su comercio y su cultura del comercio.
Me gusta que las revistas sean gordas. Cómo me gustaba Gore Vidal. Me gusta el cuadro de Las tres Gracias de Rubens, con un triplete de chicas gordas. Me gusta el pinball de AC/DC que tenemos en la nueva oficina. Me gustan las Superga. Me apetece volver a vestirme de tweed este otoño. Me gusta la Esquire en la Apple Store en mi iPad. Me gusta comprar vinilos en Bleecker Street Records en NY. Me gusta la salida de emergencia aunque me considero incapaz de salvar a nadie. Me gustan los helicópteros, aunque tenga vértigo. Me gusta la versión que Tom Jones hace de The tower of song, de Leonard Cohen. Me gusta sentirme en casa cuando voy a trabajar. Me gusta mi Royal Enfield. Me gusta Buddy Guy. Me gusta aprender a vestirme mejor leyendo El Gurú. Me gusta descubrir nuevos vinos.
Me gustas tú. Me gusta que nos leas. Y tú lo sabes.
Artículo publicado en Esquire por Andrés Rodríguez