La riqueza no es un chiste

Forbes 28 / Noviembre 2015

Año tras año escribo la misma carta. Y lo hago porque creo que aún es necesario subrayar­lo. Nadie debe sentirse culpable por ser rico, y desde este lado de la barrera social no estamos en condiciones de criticarles por serlo.

Este año hay dos noticias, como en el chiste, una buena y una mala. La buena es muy buena, somos más ricos. España es un país con más riqueza. Y eso es obviamente bueno para la colectividad, porque si esa riqueza se invierte generará más trabajo y más riqueza. La mala es tan mala como la buena, en ro­tunda demostración de que en economía el ying tiene su yang. La mala es que hay gente más pobre. Que las desigualdades se acrecientan, y eso es una catástrofe.

¿Qué tenemos que hacer? Tenemos que exigir a la riqueza española que invierta el capital, que lo invierta bien y que genere más puestos de trabajo, y dejar de culpabilizarla por los beneficios que genere por ello. A nuestra clase política, que legisle mejor para ayudar a las pequeñas empresas y a los emprendedores a sacar su negocio adelante. Y a los que se están quedando descolocados en el mercado laboral y a los recién llegados, que asuman rápido que las reglas del juego han cambiado, que ya no hay empleadores de por vida y que somos y nuestro futuro será, lo que seamos capa-ces de autoemplearnos y crear.


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