Querida Carmen:
El parlamentarismo también tiene sus iconos. En el dramático congreso italiano, Ilona Staller, seudónimo de Elena Anna Staller (Budapest, 26 de noviembre de 1951), tiene su nombre grabado con letras de pan de oro. La pomo star revolcó la política y el arte cuando Jeff Koons, su esposo entre 1991 y 1994, la inmortalizó en sus esculturas como icono de la cultura popular.
La cultura popular es la iconografía el pueblo, del mismo modo que la música pop en ocasiones vulgar (como Ciccolina), en ocasiones sublime. De que el pueblo nunca se equivoca tiene la historia centenares de pruebas en contra.
Sé que vas a traer a Ciccolina a Madrid, que has organizado en su honor una comida en el exquisito Club Matador donde presentaremos la editorial de moda que hemos realizado con ella en Roma, y se me antoja que quizá deberíamos haberla fotografiado entre multitudes, en el Coliseo, sometida al veredicto del «popolo». O en la Piazza del Popolo. O en la de las Ventas, durante San Isidro, en una de esas salidas de Florito, el mayoral, para meter al astado a toriles. Y que el pueblo tirase de pulgar para decidir si pasará a la historia como porno star o como ex mujer de Koons y madre de su hijo Ludwig.
Nosotros el foco lo hemos puesto en su marca. Si prefieres, en el desgaste de su marca y este fashion planet que devora a su hijo.
Saludos desde el tendido. Entendido.
Carta publicada en L’Officiel por Andrés Rodríguez