La desconexión digital es el nuevo Nirvana. No el del depresivo Kurt Cobain, atiborrado de opiáceas nubes negras, sino el Nirvana budista, ese estado supremo de felicidad que alcanza el alma en la ausencia total de dolor y de deseos. Aunque bien pensado eso de anular el deseo… no sé yo.
La ley regula ya el derecho a la desconexión digital pero… ¿Y nuestra ley, la del más fuerte, la de la voluntad? Todos lo estamos intentando estos días, pero o no llegas o te quedas corto. Si desconectas de golpe parece que le pides metadona al mundo y si es a poquitos parece que escucho aquel chascarrillo que rumbeaba un yonqui de ‘Las 3.000 viviendas’: «Me estoy quitando, ya solo me meto de vez en cuando».
A continuación, algunas pistas para que estos días le dediques más tiempo a tu vida real que a la virtual, inspirados en la versión flamenquita de Raya Real del pegajoso Borro Cassette de Maluma.
Intenta olvidar. Amnesia, la celebérrima discoteca de Ibiza, y la historia de su fundación, es uno de los ejes de Mi Ibiza privada, el último libro del profesor Antonio Escohotado (78). Se trata de las memorias pitiusas de sus andanzas baleares. “Migré a la isla en 1970 y apenas me moví de allí hasta 1984, cuando una alianza de maleantes y policías sugirió poner tierra de por medio”. En la portada, un Renault 4 (de carga eso sí) ilustrado. PSA Citroen debe estar “celosillo” porque Renault ha colocado de manera incontestable a su 4 Latas de cambio de palanca como el coche icónico de la isla. Ibiza dentro de poco será declarada ‘isla cuatro latas’. Lo siento por el Mehari. El 4 L sale en la portada del libro, diseñada por Agustín Escudero para Espasa y también otro año más en la guía “My Ibiza” que Hjordia Fogekberg (a ver quien es el valiente que se atreve a pronunciarlo) dirige.
Un viaje Alpino. No a las montañas, sino a la caja de lápices mas famosa de nuestra infancia. Te aseguro que en el momento en el que vas a abrir la caja de Alpino te entra paz interior. El precio del estuche de 24 lápices no llega a los 5 euros. Sí, has oído bien.
Dibuja. Aunque no sepas. Si te apetece probar con el carboncillo la experiencia es muy sensual. La caja de carboncillos de Faber Castell tampoco llega a 5 euros. Como tendrás los dedos sucios de grafito no cogerás el móvil.
¿Te imaginas que alguien te pide que programes un cine de verano? No esperes a que nadie lo haga. Importan más las películas que escojas que el proyector, pero por si aún dudas te lanzo dos guantes: el izquierdo es un ciclo sobre Buster (Porrazo) Keaton, ahora que el director Peter Bogdanovich ha firmado un documental sobre su memoria. ¡Venga, a hacer flyers! ¡Pasen y vean! ¡Traigan gazpacho y sangría! Esta semana las mejores muecas de ‘Cara de Palo’ Keaton. El segundo guante es una sugerencia técnica, los 2.000 lúmenes del proyector LG HF80LSR. Ya, ya sé que es mejor una luciérnaga que un lumen pero recuerda: no hay cine sin proyector. Tú eres el proyecto.
“Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón”. Pompas de jabón. !Ay Machado! Hacer pompas es fácil, domesticarlas lleva su tiempo. La gracia está en las gigantes. Por menos de 20 euros te haces con una varita para hacer pompas gigantes, detergente, un cubo y a probar. Te aseguro que cuando lo domines, dominarás la Tierra. Postdata: la variedad más pomposa es que el consigue introducir en la burbuja humo (de cigarrillo) pero eso no hace falta que te lo pongas como meta este verano. Déjalo para el próximo.
Mánchate las manos. Un huerto es el mejor ejercicio para olvidarse del teléfono. En cuanto te llenes las manos de barro regresarás a la infancia. Las lombrices molan más que los selfies. Nunca es tarde para plantar. No necesitas labrar una hectárea, basta una maceta. ¿Que plantar? Tomates tardíos por ejemplo, en dos o tres semanas podrás presumir de que la ensalada te la has hecho con tus propias manos.
¿Gozas de buen equilibrio? Piénsalo dos veces. El barrio de Tetuán fue testigo esta semana de los equilibrios de dos parejas del Circo Rouages (con su espectáculo Sodade). “Por favor, les ruego encarecidamente que no usen flash y también que disfruten del espectáculo con sus propios ojos, no a través de las pantallas de sus teléfonos”. Empieza por una soga de al menos dos centímetros de grosor, de unos 10 metros de longitud. Primero déjala en el suelo y empieza a acostumbrarte a caminarla. En una segunda fase (ya a final de vacaciones prueba a colgarla a un palmo del suelo).
Si estás demasiado gordo puedes unir tus intentos de detox digital con el compromiso de dejar la cerveza. ¿Ya no bebes? “No, he decidido ser equilibrista”.