Diagnóstico: insolación, malestar por exposición excesiva a los rayos solares. Corro a hidratarme. Me empapo de agua fresca con un limón feo espachurrado recién arrancado del árbol, con sus pepitas aún flotando, y un manojo de menta fresca machacada. Todo cambia, la canción del chileno, de origen judío, Julio Numhauser (79), fundador de Quilapayún, hace de banda sonora de esta columna que según la publico constata que se me están oxidando ya los goznes.
¿Por qué nos resistimos a cambiar? Harley Davidson quiere ser eléctrica. Me he subido en una, en Nueva York, en la zona de boxes de la Formula E de Agag, en Brooklyn, y me sentí raro. Muy raro. El vendedor me animaba a acelerar a tope pero el sonido ni siquiera me encendió la piel de gallina. ¿A tope? Conducir una Harley es sincronizar el latido de tu corazón con el sonido del par motor, al meter primera y acelerar despacio.
Playboy, la revista ex revista de desnudos sin desnudos, se ve mejor en el teléfono. ¿Es que nadie recuerda ya aquellos viejos Playboys manoseados una y mil veces, que rularon de colega en colega, y que al abrirlos por primera vez pensaste cuantos y quienes la habían abierto antes que tú? ¿Piensas algo de eso cuando ves Playboy en el teléfono?
Ahora hay cines que se anuncian para que comas y bebas dentro. Y directores de cine, veteranos eso sí, que ponen como condición para estrenar su nueva película que se vea en cines (Scorsese, por ejemplo, con The Irishman). Los chavales aprenden sexo en una televisión que hay en el teléfono. A nosotros nos preocupa que se tiren en el baño mucho tiempo encerrados. Si pasa de media hora hay que darles una voz. A ellos les preocupa que la antena de la televisión telefónica no se quede sin señal no vaya a ser que la clase de sexo oral se interrumpa justo antes de tirar de la cadena.
Hay que pensarlo dos veces para echarle un piropo a una mujer bonita. Un piropo que se piensa dos veces no es un piropo es un eslogan. Los estudiantes insultan al maestro y el maestro tiene que demostrar que es un buen maestro cuando se reúne con los padres que normalmente ya han tomado partido por su vástago. A los chavales los educa, por este orden, internet, la escuela y luego si queda algo que educar… en casa ya discutimos como hacer.
Las fotografías personales se las pasamos a alguien que nos las cuida en una nube. Y dormimos tranquilos. Ya no convocamos a los amigos a cenar en casa para poner a prueba nuestra amistad con una sesión de diapositivas sobre las vacaciones en el Transiberiano. Exponemos públicamente nuestra intimidad sin la conciencia de que se trata de un tesoro. Un hombre que encuentre por primera vez a una mujer, o una mujer que se interese por un hombre que acaba de conocer es muy probable que descubra antes su cuerpo por instagram que en una noche de verano.
Cada vez los coches corren más pero no se puede pasar de 120. Gente que no te conoce de nada te puede insultar a través de internet y los expertos te aconsejan que es mejor no contestarles. Confundimos informarnos con refredarnos. No queremos saber lo que no conocemos queremos que alguien nos diga que tenemos razón.
Publicamos en tiempo real lo que vamos a comer antes de saber si quiera si el arroz está bueno o se pasó un poco. Eso da igual. Un kilo de tomates que sepa a tomate cuesta mil pesetas. Viviremos cien años pero no tendremos hijos suficientes para que nos ayuden con el tacatá. A los inmigrantes que quieren venir a vivir con nosotros no les dejamos pasar, no merecen nuestro bienestar porque no han nacido aquí. Que sepan vivir con menos cosas nos ofende.
Navegar es un lujo, aunque el hombre navega antes de inventar la electricidad. Las casas son cada vez mas pequeñas pero cada vez tenemos más cosas. Cada día es más fácil conectarse con cualquier lugar del mundo pero nuestros pueblos están cada vez más vacíos.
Ya no se estudia en verano. La caligrafía es una perdida de tiempo. Los calígrafos son artesanos de bodas, bautizos y comuniones. Casarse sin una invitación caligrafiada es hacer la boda pequeña.Todo el mundo quiere tener la tarjeta de la sala VIP del aeropuerto pero en la sala VIP hay más gente que fuera. Buscar respuestas definitivas es ahondar en la insolación. ¿Me pregunto si tengo insolación o vértigo? Por si acaso me hidrato y dejo aquí el pensamiento de José Antonio Marina: «Cuando alguien te de una opinión, pregúntale ¿Y tú, cómo lo sabes?».