Estos son los mejores inventos del 2019. La revista Time, hace un año vendida por Time Warner a Meredith por 2.800 millones de dólares, elige cada temporada las mejores innovaciones, todas tecnológicas, de los últimos doce meses. Algunas no tienen pinta de quedarse, otras son solo ingenios más o menos divertidos… el tiempo y el consumidor las pondrá en su sitio.
Aparecer en la lista es en sí mismo un logro. A continuación algunas de las que me han parecido más curiosas y para finalizar un avance de las tendencias con las que tendrán que convivir si aspiran a quedarse.
Sorprende el kayak de bolsillo, Oru Kayak (899 dólares) que puedes montar en menos de 5 minutos para navegarte Venecia en la próxima “aqua alta” o fotografiar la virulenta gota fría del Mediterráneo cada vez más frecuente.
Es divertido el manos libres para llevar a tu bebé a hombros y así poder revisar el WhatsApp, MiniMeis (149 dólares). Papá enrollado, papá conectado.
En movilidad, SmartHalo2 permite a los ciclistas (me parece una buena idea para los repartidores de Glovo) marcar la ruta a seguir mientras estás conectado a tu teléfono sin tener que llevar la pantalla pegada al manillar y darte un castañazo.
El textil abraza la sostenibilidad: las Adidas FutureCraft.Loop totalmente reciclables (por ahora son de color natillas pero en el futuro prometen más colores); son “verdes” los cultivos verticales de AeroFarms que, según sus inventores, gastan el 95% menos de agua.
Las gafas habladoras OrCam MyEye2 que no es otra cosa que un altavoz inteligente que se puede conectar “por la patilla” de cualquier gafa y lee texto e incluso códigos de barras. Su inventor Amnon Shashua dice que es muy útil contra la dislexia y entre sus utilidades resalta de manera incomprensible leer “solamente” los titulares del periódico.
También está la B´zt, creada por Kiyeon Nam cuando perdió a su hijo de tres años en un centro comercial. Se trata de una app con alertas si el chaval se despista más de 100 metros tuya porque le has puesto en la camiseta una especie de patch que emite sonidos. Es barato, 19,99 dólares y lavable no te preocupes.
La cosmética siempre pelea por no quedarse atrás. Time lleva a página completa la maquinilla de afeitar caliente (recargable) cómo no, de Gillete, por 200 dólares. El secador de pelo (549 dólares) de Sir James Dyson no podía faltar.
La tecnología es desde luego la reina de la lista. No faltan los relojes, como el Sony Wena (349 libras) mitad digital, mitad analógico. Ni tampoco lo último en bicicletas eléctricas, la VanMoof S2 con botón turbo incluido.
Para los que buscan seguridad, como una alarma para corredoras, la sirena Nathan Sport que emite 125 decibelios (casi tan fuerte como el sonido de una ambulancia) si te ves en apuros y aprietas el botón rojo (19,99). O las gafas Bose capaces de emitir 3 horas y media de música en streaming. Me pregunto ¿quién se compraría unas gafas solo para no llevar unos auriculares? Digo yo que los herederos de Amar Bose habrán estudiado que hay un mercado de amantes de la música que no quieren llevar nada dentro de las orejas.
Para los que no lo llevan mal, Time recomienda los Airpods Pro (249 dólares) de Apple. ¿Alguien recuerda que la campaña de publicidad del Ipod estaba basada en el color blanco del cable de los auriculares? A nadie se le había ocurrido fabricar un cable blanco porque era de mal gusto. Ahora el dominio de Apple se ve en las calles a través de un ejército de ciudadanos con altavoces blancos en las orejas.
Para los más concienciados, la revista informa sobre el Microplastics-Sensing, un mini buceador que te mide el nivel de microplásticos en el que te bañas. Parece lejano pero recuerda la última vez que tragaste agua de la mar salada. Con lo que averigües puedes meter los datos en el PC flexible de Lenovo, el Think-Pad1, mitad ordenador, mitad tableta que estará en el mercado en 2020.
Si militas en el consumo sostenible, el de comprar no lo último, sino lo que realmente hace falta, el semanario del marco rojo también incluye 16 ideas que definirán el 2020. Te dejo aquí la que más me ha gustado a mí. Time apunta al fin de las élites (muchos ricos ya no están de acuerdo con vivir en un mundo con tantas diferencias).
Se preocupa, y yo también lo estoy, por la tendencia a silenciar la discrepancia (la cultura digital y los insultos anónimos nos han empujado a vetar a aquellos que no piensan como nosotros. ¿Acaso no es más rica una sociedad que escucha, y aún voy más allá, incentiva las voces discrepantes?).
También se fija Time en la predisposición a buscar la sostenibilidad de los beneficios. Wall Street prefiere empresas, desde luego rentables, pero que estén concienciadas socialmente. ¿Será verdad o se trata únicamente de un lavado de imagen en la gran tambor de la lavadora capitalista global?
Y algo que ya está en nuestras calles cada Fridays For Future. Llega la “eco-ansiedad”. El término necesita poca explicación. Estamos pasando de la concienciación (aún queda mucho) a sentir ‘estrés verde’ provocado por la sobreinformación digital. Nos manifestamos pero abrazamos el Thanksgiving (Día de Acción de Gracias) que ni nos va ni nos viene aunque Rosa Morena cantase aquello de “échale guindas al pavo”.
El 2020 será el año que las cámaras de reconocimiento facial invadirán las calles. Las preguntas se atropellan. ¿Realmente los avances tecnológicos nos hacen cada vez más libres? ¿Te sentirás cómodo siendo reconocido allí donde vayas solo por el hecho de que tu civismo es ejemplar? Preveo un auge de la venta de paraguas para protegernos de los “ojos de halcón”.