No todos, desde luego, como te pasa a ti. Me gustan los extremos. El aullido de Charlie Rivel y los versos de Robe Iniesta. Las camisetas de rayas de Picasso y también las de Sabina. La prosa de Vargas Llosa y la postura
de José Tomás. La manera de montar en moto de McQueen. Los edificios de Frank Gehry y las casitas del Padre Ángel. Las preguntas de Gabilondo y las crónicas de Boyero. Los que dan la vida como Gandhi y también los que se la quitan. Los que huyen de las esposas de Houdini y los que presumen orgullosos de sus compromisos. Me gusta cuando no nos ponemos de acuerdo, cuando a mí me gusta un hombre y mis compañeras de la redacción me dicen, al unísono, como para hacer fuerza, «a nosotras no».
Carta publicada en L’Officiel por Andrés Rodríguez