Soy de los que creen que en la vida hay que mojarse. Que merece la pena elegir porque si no los demás eligen por ti. Y yo lo hago con convicción y sin miedo: de niño siempre fui con los sioux porque montaban a caballo sin silla y fumaban la pipa de la paz. La corneta del Séptimo de Caballería me parecía estridente y molesta, así que años después opté por hacerme objetor de conciencia cuando aún no había una ley para ello y sólo los Testigos de Jehová le plantaban cara al reglamento.
Y así voy por la vida, empapado en decisiones. ¿Quieres ejemplos? Soy de los que creen que a la lechuga iceberg habría que dejar de llamarla lechuga. Y que no basta con crear un grupo en Facebook para desterrar semejante aberración. Antes de pedir lechuga siempre pregunto, y si me la ofrecen contesto que un iceberg es el pedrusco helado que se cepilló al Titanic, porque milito en la convicción de que en el gusano rebelde de la lechuga romana es donde reside realmente toda la vitamina.
Lo mismo hago con las patatas fritas. Para mí el mundo se divide entre los que se comen las patatas fritas congeladas y los que se empalman cuando el filete viene acompañado de unas patatas peladas y cortadas a mano. Y así con todo. El mango de avión es un bocado del trópico. Si no es de avión no es mango, es una bola verde arrancada del árbol prematuramente para sacar más pasta sin saber a nada.
Esta pelota redonda y azul que nos sostiene nos obliga a tomar decisiones cada minuto que pasamos a bordo.
¿Navegas? ¿A vela o a motor? ¿Usas Android o iPhone? ¿O es que fuiste de Nokia y ahora eres de iPhone? ¿Tuviste un Motorola y ahora quieres una PlayBook?
Aunque no te des cuenta, y presumas de moderación en tus comportamientos, siempre estás tomando partido. No haces otra cosa que elegir. Así que elige alguna de nuestras tres portadas. Hablan de los que están contando los días para jubilarse y de los que con sólo oír la palabra jubilado se les ocurren un millón de proyectos para reinventarse. Es la primera vez que imprimimos tres portadas distintas el mismo mes. Podríamos habernos quedado con una, pero nos gustan los tríos. De cualquier tipo y condición.
Artículo publicado en Esquire por Andrés Rodríguez