Casa de Bárbara (Ouka Leele) detrás de la Castellana. Caos y bohemia a partes iguales. Hace ya tres años. “Pasa, pasa… Ayer estuvieron haciendo unas fotos a mi vecina. ¿Sabes quién es?”. “Sí, claro, Elena Foster –contesto–, fuimos nosotros”. A tan solo unos dos metros de distancia, en vertical, dos de las grandes mujeres del arte sueñan con colores y espacios. A Bárbara le compré una de sus fotos, le encargué una ruta vegana por Madrid para Tapas y hoy está en la “tapa” de la revista del New York Times. Me regaló libros, catálogos, chascarrillos y me puso en contacto con Carlos Sánchez Pérez, alias Ceesepe. “Ve a verle. No te venderá nada. No le gusta vender. Aunque luego está loco por vender”.
Calle Arenal. Julio sofocante. El estudio de Ceesepe debería de haber sido “empotrado” en el Reina Sofía. “Estoy enfermo. Ya lo sabes, ¿no?”, me dijo, somnoliento pero seductor. No me vendió nada. Me pidió que le editase su nuevo catálogo. No se pierdan los catálogos editados por Fulgencio Pimentel y por Cabeza de Chorlito (Alberto García-Alix y su chica a los mandos). Comenzamos las conversaciones. Protestó del Ayuntamiento de Madrid. Y me dijo: “Así que, ¿quieres celebrar el décimo aniversario de tu editorial, Spainmedia?” Sí, que siempre hay que celebrar. “Lo que tienes que hacer es una orgía. Una orgía de las buenas; de más de cien”. Aún me estoy arrepintiendo de no haber enviado aquella invitación.
Artículo publicado en T Magazine por Andrés Rodríguez